Faba asturiana

Se ponen las fabes en remojo en agua fría, durante la noche, y en agua templada el lacón.

En una cacerola proporcionada a las cantidades, se ponen las fabes escurridas, el lacón, las morcillas, los chorizos, el tocino, la cebolla cortada en cuatro trozos, el ajo picado, el perejil atado, un chorro de aceite. Se cubre con agua fría y se acerca al fuego, espumándolo cuidadosamente. Roto el hervor, se separa de un lado y deja cocer lentamente un poco destapado, procurando que las fabes estén siempre cubiertas de agua para que no suelten la piel. Se añadirá de ve en cuando agua fría en pequeñas cantidades. Debe vigilarse con frecuencia para que el hervor siempre sea lento y sacudir con frecuencia la cazuela para que no se agarren al fondo.

A media cocción se sazonan de azafrán, ligeramente tostado y muy deshecho. cuando estén cocidas se sazonan de sal, teniendo en cuenta la cantidad de carne salazada que llevan. Si al terminar la cocción, el caldo hubiera quedado demasiado líquido, se pasan unas pocas fabes por el pasador y se incorporan, dejando reposar a un lado media hora. En el momento de trasladarlas a la fuente para llevarlas a la mesa se retiran el perejil y la cebolla.